Munich: Perspectivas.
Advierto que el post está lleno de spoiler. Leedlo solo después de haber visto la película.
En esta tragicomedia a la que llamamos vida, nada es absoluto, ni imparcial. Nada escapa a las peculiaridades coyunturales. Todo –todo- varía según la perspectiva de la cual miremos. Munich, el último producto de Spielberg, no iba a ser menos.
Es muy tarde, o demasiado temprano, y hace horas, desde que finalizó la película, que no me quito de la cabeza la posible conclusión que puedo darle, desde mi prisma personal, al film. Desconozco cual es la mejor forma de expresar lo que han percibido, política y moralmente, mis ojos. Como he aludido a prismas y a perspectivas, daré la mía. Para opinar sobre este largometraje, es fundamental el origen de cada uno.
Soy judío, muy orgulloso de serlo –de lo único que estoy con seguridad en mi vida-, sionista, de todo corazón y pasión. Considero al Estado de Israel como el garante de mi dignidad y del fin al daño gratis a los judíos. Sin matices. Sé, con toda seguridad, que su existencia es, para el pueblo judío, primordial, y que, rodeado de todas las amabilísimas dictaduras neofeudales árabes e islámicas, su política de defensa es la justa y necesaria. De lo contrario, Israel no existiría. La primera guerra que pierda será la última.
Otorgado mi carné de identidad, comenzaré con mi análisis.
Cuando se estrenó en EEUU, el 23 de diciembre, ya se empezaron a verter ríos de tinta criticando duramente la película. Tanto desde la parte judía como desde la árabe. La más dura, sin duda, la expuesta en los suplementos de Libertad Digital, con el título de La michaelmoorificación de Spielberg. Hasta llegué a leer que el guionista, Tony Kushner, opina que Israel es una calamidad política, histórica y moral, que el Embajador de Israel en EEUU exigió que la retiraran de cartel, o que, un miembro del Congreso Judío Mundial le envió a Spielberg una carta dándole gracias por excretar encima del pueblo judío. Me resistí a creer tanto ataque desde mi parte, la judía, la única que me interesaba en la crítica. Aunque me fiara muchísimo de dichos ataques. Después de verla los comprendí. Quizás por el comienzo de este escrito, por las perspectivas.
Sí. Spielberg pone a caldo a los dos lados enfrentados en el conflicto. Y afirmo, con toda convicción, que muchas partes de la película me disgustaron, hasta herir mis pilares morales y existenciales, habiendo también las que me emocionaron e hicieron brotar agua salada de mis ojos. Otras, sembraron mi cabeza de confusión. Así llega a ser el cine “serio” de Spielberg: imparcial y relativo. Deja tantas cosas a la interpretación del espectador que, un judío sionista como yo puede llegar a arder de rabia al ver como Avner (Eric Bana), el inexperto líder del comando del Mossad encargado de la venganza, reniega de su patria, Israel, corroído por la duda de si hizo bien o mal, al observar como se alternan los nombres de los atletas israelíes inocentes brutalmente asesinados en Munich con los de los once palestinos responsables de dicha masacre, o al ver tantas similitudes entre terroristas palestinos y espías del Mossad.
Las criticas –algunas- fueron excesivas, pero necesarias. Porque, la única conclusión que extrae un judío sionista como yo es que, si la película la hubiera dirigido un director no judío mi opinión hubiera sido muy distinta. Positiva, seguro.
Hace algunos años escribí sobre la nefasta El Pianista de Roman Polanski, tildando a este de judío irresponsable, por hacer una película tan blanda y complaciente con el Holocausto, siendo un peligro para las cabezas vírgenes sobre el crimen más horrible de la historia. Spierlberg comete el mismo pecado. ¡Y estamos hablando del director de una obra maestra y suprema sobre el Holocausto como es La lista de Schlinder! No pone a los terroristas en igual plano que los agentes israelíes, pero casi. Elude datos históricos importantísimos, como que, la culpa principal de que los palestinos no tengan una patria desde 1948 fue de los países árabes, negándose a aceptar la partición aprobada por la ONU de la Palestina histórica en dos estados, uno árabe y otro judío, o que, el nombre del grupo terrorista palestino, Septiembre Negro, se debe a las matanzas de miles de palestinos perpetradas por el ejército jordano en 1970. Pone, a los generales del Mossad y del Tsahal como despiadados y desconsiderados “halcones”, y a muchos de los responsables de la masacre de Munich que iban a ser eliminados, los enternece, los humaniza. “Intentar entender a los terroristas no es justificarlos” ha dicho el director. Yo le respondería que, también me hubiera gustado entender a los nazis de todo lo innombrable que perpetraron, pero, para ello lo último que haría sería pintarlos como honradas personas que buscaban un bien para su pueblo. Cuando un ser humano se deja caer en los brazos del fanatismo asesino, pierde todo tinte de humanidad. A Spielberg, la paranoia pacifista que pervierte las mentes razonables desde el 11-S se le ha contagiado. Su película no es un “canto a la paz” como ha declarado, es un alegato contra la política antiterrorista israelí. No porque la deteste, sino porque, para él, no conduce a nada bueno, sino a más terrorismo. Él, Steven Spielberg, el que nos hizo a todos explotar de conmoción al ver a los supervivientes de La lista de con los actores que les representaban cogidos de la mano depositando una piedra en la tumba de Oscar Schlinder, con Yerushalaim Shel Zahav endulzando la imagen, aboga por acabar con la actual situación de otra manera. “Como hicimos con Eichmann”… “si los matamos saldrán más y peores”…dice Avner –en boca de Spielberg- a Efraim(Geoffrey Rush), su contacto del Mossad, al final de la película con las Torres Gemelas enmarcandoles.
Se salvan dos aspectos: la descripción, salpicada por todo el metraje en forma de flashbacks, conmovedora y cruel, de cómo fueron asesinados los once muchachos israelíes –qué menos-, y hacer de los protagonistas agentes del Mossad unos personajes serios y profundos, que les invaden dudas y miedos, pero que aun así continúan heroicamente con su tarea de defender al pueblo judío.
El discurso de Golda Meir (Lynn Cohen) ante su gabinete secreto, para justificar la operación es notable y vehemente, la segunda conversación que Avner tiene con su madre, casi al final, le sirve al director para lavar sus pecados sobre el supuesto antisionismo.
En la técnica cinematográfica, existe un dominio magistral de la imagen y la narración, aunque al final parezca que le falta tiempo para terminar y amontone sucesos sin margen de tiempo al espectador. Utiliza el estilo setentero de Chacal o de Los tres días del Cóndor, siendo la ambientación, sobresaliente.
No soy nadie para decirle a un director de la talla de Steven Spielberg como tiene que hacer las cosas, pero, su supuesto objetivo, rendir a los once israelíes asesinados un homenaje que les negaron en los mismos Juegos de Munich de 1972 –los cuales al día siguiente continuaron celebrándose- y en los sucesivos Juegos Olímpicos acaecidos, convirtiendo el figurado sentido de fraternidad del deporte en una falacia, en una farsa, con un putrefacto silencio del Comité Olímpico Internacional, no lo consigue. Tampoco es que sirva de mucho mi prisma para interpretar la película. Mi único anhelo, antes de verla, era que las personas no judías que acudieran a las salas, salieran del cine pensando que Israel y el pueblo judío han sufrido y siguen sufriendo injusticias y sufrimiento incontables y que, después de todo deben hacer saber a sus enemigos que se acabó el doblegarse, aunque duden de los métodos. Lo que piensan al salir, con toda seguridad, es en la calculada venganza de los judíos. Ni siquiera se acordarán de los atletas judíos inocentes. Eso, los más benévolos. Los antisemitas de siempre ni me atrevo a especular.
Para concluir, he de decir que, gracias al escepticismo que me provocaron la cantidad de críticas, me esperaba resultados más negativos. Y que, ver a Yosef Romano, zijronó lebrajá, sacrificando su vida para salvar a sus compañeros habiendo podido escapar, clamando así, los valores que el pueblo judío ha ido transmitiendo desde el amanecer de los tiempos, eclipsa muchos momentos desagradables del metraje.
29.1.06
26.1.06
Victoria de Hamas
Hamas ha ganado. Los peores presagios se cumplen. Retorno al abismo.
Desde la recaída de Sharon, la coyuntura en la zona ha degenerado vertiginosamente -si es que, la política del antiguo general y la muerte de Arafat le dieron algo de aliento- hacia un punto, desconcertante y abrumador: Un grupo terrorista, fanático, yihadista, islamista, teocrático, antidemocrático, antioccidental, se ha hecho con el triunfo en las elecciones legislativas de la ANP. Por mayoría absoluta. Amalgama de apoyo social, castigo a Al Fatah e influencia religiosa han sido los pilares de su victoria.La seña de identidad más fuerte-¿laúnica?-del pueblo palestino, la judeofobia, también. En Gaza, cuna del movimiento terrorista, las prestaciones sociales y la influencia en las mezquitas que tienen los seguidores del malogrado Ahmed Yasin, han sido una locomotora imparable, provocando en Cisjordania un efecto dominó gracias al descontento del electorado con la dictadura corrupta de Al Fatah.
Las voces en todo el mundo no han cesado. Desde Bush hasta Blair, pasando por Berlusconi o Solana. Infinidad de blogs se hacen eco de la noticia. La foto que publica Desde Sefarad lo dice todo y Lucrecio, sublime, que realiza un análisis de la herencia arafatiana, son los más destacables.
La política heredada de Sharon, seguridad primero, desconexiones unilaterales después, queda, después de esta pésima noticia, obsoleta. Al menos, mientras Hamas ostente la posición que le han otorgado los comicios.
A Israel le queda, lo que le ha quedado siempre. Luchar. Con todas las fuerzas posibles, contra un enémigo que solo anhela su destrucción. Sabiendo que, la primera derrota, será la última.
Hamas ha ganado. Los peores presagios se cumplen. Retorno al abismo.
Desde la recaída de Sharon, la coyuntura en la zona ha degenerado vertiginosamente -si es que, la política del antiguo general y la muerte de Arafat le dieron algo de aliento- hacia un punto, desconcertante y abrumador: Un grupo terrorista, fanático, yihadista, islamista, teocrático, antidemocrático, antioccidental, se ha hecho con el triunfo en las elecciones legislativas de la ANP. Por mayoría absoluta. Amalgama de apoyo social, castigo a Al Fatah e influencia religiosa han sido los pilares de su victoria.La seña de identidad más fuerte-¿laúnica?-del pueblo palestino, la judeofobia, también. En Gaza, cuna del movimiento terrorista, las prestaciones sociales y la influencia en las mezquitas que tienen los seguidores del malogrado Ahmed Yasin, han sido una locomotora imparable, provocando en Cisjordania un efecto dominó gracias al descontento del electorado con la dictadura corrupta de Al Fatah.
Las voces en todo el mundo no han cesado. Desde Bush hasta Blair, pasando por Berlusconi o Solana. Infinidad de blogs se hacen eco de la noticia. La foto que publica Desde Sefarad lo dice todo y Lucrecio, sublime, que realiza un análisis de la herencia arafatiana, son los más destacables.
La política heredada de Sharon, seguridad primero, desconexiones unilaterales después, queda, después de esta pésima noticia, obsoleta. Al menos, mientras Hamas ostente la posición que le han otorgado los comicios.
A Israel le queda, lo que le ha quedado siempre. Luchar. Con todas las fuerzas posibles, contra un enémigo que solo anhela su destrucción. Sabiendo que, la primera derrota, será la última.
23.1.06
Paradise Now o la humanización del fanatismo
Utilizar el Séptimo Arte para esto. Insoportable para el estómago. Similar a lo que hacía Leni Riefenstahl ensalzando el nazismo en sus filmes, con una diferencia solo: Riefenstahl lo hacía en pleno éxtasis del Tercer Reich, con toda la megalomanía y emblema posible, mientras que, Hany Abu-Asad se sirve de la pringosa pleitesía occidental a la humanización del terrorista fanático.
Los Globos de Oro están manchados de por vida. Si Paradise Now -insulto y escupitajo sobre las vícitmas civiles judías e inocentes-, logra un Oscar, la Academia se convertirá en un patio infame e irrecuperable en donde levantar el panfleto barato y demagogo de la autoculpa occidental -los atentados son culpa nuestra, el fanatismo es culpa nuestra, recogemos lo que sembramos...todo es culpa nuestra-, de invención europea, será un estandarte de la justificación del terrorismo islámico y, una deslegitimación de la democracia y la libertad en suma.
Utilizar el Séptimo Arte para esto. Insoportable para el estómago. Similar a lo que hacía Leni Riefenstahl ensalzando el nazismo en sus filmes, con una diferencia solo: Riefenstahl lo hacía en pleno éxtasis del Tercer Reich, con toda la megalomanía y emblema posible, mientras que, Hany Abu-Asad se sirve de la pringosa pleitesía occidental a la humanización del terrorista fanático.
Los Globos de Oro están manchados de por vida. Si Paradise Now -insulto y escupitajo sobre las vícitmas civiles judías e inocentes-, logra un Oscar, la Academia se convertirá en un patio infame e irrecuperable en donde levantar el panfleto barato y demagogo de la autoculpa occidental -los atentados son culpa nuestra, el fanatismo es culpa nuestra, recogemos lo que sembramos...todo es culpa nuestra-, de invención europea, será un estandarte de la justificación del terrorismo islámico y, una deslegitimación de la democracia y la libertad en suma.
21.1.06
Trágica Fecha
Ayer, viendo efemérides en el periódico lo recordé. Se cumplían 64 años de la Conferencia de Wansee. Se cumplían 64 años de la catalogación de "no humanos", de insectos, a los judíos. Y, por tanto se organizó la desinfección, conocida como Solución Final.
20 de enero de 1942. Una fecha que marca la voladura de los límites humanos.
Ayer, viendo efemérides en el periódico lo recordé. Se cumplían 64 años de la Conferencia de Wansee. Se cumplían 64 años de la catalogación de "no humanos", de insectos, a los judíos. Y, por tanto se organizó la desinfección, conocida como Solución Final.
20 de enero de 1942. Una fecha que marca la voladura de los límites humanos.
17.1.06
Javier Ortiz
Me topo con la página web de Javier Ortiz. Como si no tuviera bastante con encontrarmelo más de una vez por semana en el periódico. Como si no tuviera bastante con que se me revuelva el estómago cada vez que me atrevo a leer sus putrefactas palabras.
Pero -menudo masoquismo el mío-, me adentré en dicha página a ver si cazaba algo aceptable. Nada más lejos del deseo, encontré este artículo titulado Otra vez Irán.
Su antisemitismo tradicional y su antiamericanismo patológico metamorfosean algo evidente para toda mente humana con mínimos conocimientos históricos y actuales, la amenaza nuclear iraní, en cuestioes de soberanía de los Estados. Verificando así, su profundo desconocimiento del Derecho Internacional Público y del TNP. Echando, todo lo que se pueda, la culpa esos gringos ignorantes y, cómo no, cómo no a esos pérfidos judíos fanáticos - los que lapidan adúlteras, prohiben música occidental por decadente, planea borrar países del mapa, cortan las manos de los rateros...como sus amigos iraníes- que con sus tentáculos dominan las finanzas y la comunicación mundial.
Suma y sigue.
Me topo con la página web de Javier Ortiz. Como si no tuviera bastante con encontrarmelo más de una vez por semana en el periódico. Como si no tuviera bastante con que se me revuelva el estómago cada vez que me atrevo a leer sus putrefactas palabras.
Pero -menudo masoquismo el mío-, me adentré en dicha página a ver si cazaba algo aceptable. Nada más lejos del deseo, encontré este artículo titulado Otra vez Irán.
Su antisemitismo tradicional y su antiamericanismo patológico metamorfosean algo evidente para toda mente humana con mínimos conocimientos históricos y actuales, la amenaza nuclear iraní, en cuestioes de soberanía de los Estados. Verificando así, su profundo desconocimiento del Derecho Internacional Público y del TNP. Echando, todo lo que se pueda, la culpa esos gringos ignorantes y, cómo no, cómo no a esos pérfidos judíos fanáticos - los que lapidan adúlteras, prohiben música occidental por decadente, planea borrar países del mapa, cortan las manos de los rateros...como sus amigos iraníes- que con sus tentáculos dominan las finanzas y la comunicación mundial.
Suma y sigue.
15.1.06
De noche...
Ha sido una noche tranquila, apacible. Reunión amistosa en un piso franco estudiantil, alcohol, música, hoja verde, risas, diez debates a la vez. Buen rato. Ameno. Repetible.
Cuando regresaba a mi cueva, la ciudad dormitaba. Sin más ruido que mi obsceno carruaje rompiendo tanta divinidad urbanita. Danzas de luces y farolas que alumbran a la urbe en descanso. En armonía. Bajo el dominio de la oscura noche que sazona con sus estrellas los momentos de tropecientos enamorados intercambiando ADN. Sólo en mis oídos suena, con profundo fulgor, el Coro de esclavos del Nabucco de Verdi. Inundando, como una cascada, todo mi cuerpo. Toda mi alma.
No hay duda, el mejor momento de la noche. Similar al de sentir una luz de nacar cegándome los ojos. Similar a volar cual ave rapaz cientos de bosques y prados. Similar a la reacción que arrancó de Miguel Ángel la visión desgarradora de Laoconte y sus hijos, escultura clave del Helenismo.
Vida. En estado puro.
Ha sido una noche tranquila, apacible. Reunión amistosa en un piso franco estudiantil, alcohol, música, hoja verde, risas, diez debates a la vez. Buen rato. Ameno. Repetible.
Cuando regresaba a mi cueva, la ciudad dormitaba. Sin más ruido que mi obsceno carruaje rompiendo tanta divinidad urbanita. Danzas de luces y farolas que alumbran a la urbe en descanso. En armonía. Bajo el dominio de la oscura noche que sazona con sus estrellas los momentos de tropecientos enamorados intercambiando ADN. Sólo en mis oídos suena, con profundo fulgor, el Coro de esclavos del Nabucco de Verdi. Inundando, como una cascada, todo mi cuerpo. Toda mi alma.
No hay duda, el mejor momento de la noche. Similar al de sentir una luz de nacar cegándome los ojos. Similar a volar cual ave rapaz cientos de bosques y prados. Similar a la reacción que arrancó de Miguel Ángel la visión desgarradora de Laoconte y sus hijos, escultura clave del Helenismo.
Vida. En estado puro.
13.1.06
Sarkozy
Nicolás Sarkozy, el Ministro del Interior francés y firme candidato al Elíseo, planea, llegado el caso, una revolución política en su país.
El hombre que hizo frente a las revueltas islamistas -ocultadas bajo la máscara del bandalismo callejero proletario- y , pese a toda la opinión neoprogresista, que en Francia es mayoría, salió victorioso. Las revueltas tenían como objetivo frenar la llegada de "Sarko" -como se le apoda- a la Presidencia. Los instigadores de las quemas de coches sabían que, de consumarse la carrera política de Sarkozy, se les acabaría toda facilidad de seguir implantado soberanías coránicas al margen de la legalidad republicana.
El ministro galo, que en sus polémicas declaraciones siempre ha dejado patente su intención de cambiar la política francesa de la última mitad del Siglo XX, está haciendo temblar a muchos, desde la oligraquía político funcionarial hasta la red de ulemas radicales que se extiende por toda Francia, pasando por países comunitarios como Alemania que ven su hegemonía compartida con otros cinco países como propone Sarkozy.
Como puntos más candentes, la negación a la entrada de Turquía a la UE o la ampliación de los poderes del presidente.
A la añeja República de la Libertad, Fraternidad e Igualdad, le queda renovarse o morir. El sistema se desborda.
Considero, a contadísimos políticos, capaces y competentes. Sarkozy es uno de ellos.
8.1.06
Munich, Spielberg.
Cuando me enteré de que Spielberg maquinaba una película sobre la masacre de las Olimpiadas de Munich, -que ha resultado ser sobre lo que ocurrió después-me temblaron las piernas. Literalmente. Sucedieron en mi cabeza memorables imágenes de la obra suprema que es La lista de Schlinder. Reflexioné de inmediato que, dada la fantástica filmografía del Rey Midas de Hollywood, Munich, no decepcionaría.
Pero las críticas son tantas que, solo me queda la esperanza. Desde Libertad Digital, con una crítica demoledora, hasta como se cita en el blog Cine y Política, la crítica norteamericana. También, el embajador israelí en EEUU o el Wall Street Journal.
Hará un par de semanas me bajé el trailer, y resulta, en un primer visionado, conmovedor. Y arranqué, desde mi prisma, evidencias del mensaje que quiere transmitir Spielberg: Él dilema moral en el que tuvieron que debatirse los espías del Mossad encargados de la venganza, que, después de todo, no eran máquinas.
Por lo leído en las críticas, Sipelberg aboga por acabar con la política antiterrorista israelí, ya que lo que genera son más terroristas y fanáticos. Es decir, Alianza de Civilizaciones copyright.
Aun así, aunque me fio muchísimo de todas las críticas que he leído, mantengo la esperanza. Cuando la vea, otorgaré-si vale de algo-mi veredicto final.
Cuando me enteré de que Spielberg maquinaba una película sobre la masacre de las Olimpiadas de Munich, -que ha resultado ser sobre lo que ocurrió después-me temblaron las piernas. Literalmente. Sucedieron en mi cabeza memorables imágenes de la obra suprema que es La lista de Schlinder. Reflexioné de inmediato que, dada la fantástica filmografía del Rey Midas de Hollywood, Munich, no decepcionaría.
Pero las críticas son tantas que, solo me queda la esperanza. Desde Libertad Digital, con una crítica demoledora, hasta como se cita en el blog Cine y Política, la crítica norteamericana. También, el embajador israelí en EEUU o el Wall Street Journal.
Hará un par de semanas me bajé el trailer, y resulta, en un primer visionado, conmovedor. Y arranqué, desde mi prisma, evidencias del mensaje que quiere transmitir Spielberg: Él dilema moral en el que tuvieron que debatirse los espías del Mossad encargados de la venganza, que, después de todo, no eran máquinas.
Por lo leído en las críticas, Sipelberg aboga por acabar con la política antiterrorista israelí, ya que lo que genera son más terroristas y fanáticos. Es decir, Alianza de Civilizaciones copyright.
Aun así, aunque me fio muchísimo de todas las críticas que he leído, mantengo la esperanza. Cuando la vea, otorgaré-si vale de algo-mi veredicto final.
5.1.06
¿La última batalla de
Sharon?
Ayer noche, Ariel "Arik" Sharon, primer ministro de Israel, tuvo una hemorragia cerebral. La intervención duró 10 horas, y en estos momentos, esta sedado.
Su vida peligra en extremo. A Ehud Olmert, su segundo, se le han transferido los poderes de primer ministro.
En Israel, se avecina un terremoto político. Si la cosa se desmorona, sería sin paliativos. Lo único que queda es, para los creyentes, rezar para que se mejore Sharon, que a mi juicio era el elegido para conducir una paz histórica, para el país y para la región.
Desde aquí, mis mejores deseos para un héroe, de la nación más heroica del planeta.
3.1.06
Ceguera Antisemita
La ceguera no cesa. La antisemita, claro. Acusar a Israel de estado peligroso ante el indefenso Irán, deja a la necedad como un privilegio. BitsRojiverdes.org lo hace, y cómo.
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