1.3.11

El logo de Sión...¡Qué obsesión!

Cuando empecé a escribir en este blog, mi trinchera digital personal e intransferible, era otra persona. El adolescente de quince años lo voy a llevar siempre dentro y fuera, vale -lo mío no tiene nada que ver con el síndrome de Nuncajamás, ojo, más bien es algo relacionado con la nostalgia del protagonista de Palacios de Invierno, novelón breve e intenso de Gabriel Albiac - pero digamos que estaba más obsesionado y respondía de una forma más aprensiva a temas que me encendían, y encienden, las venas, como el Antisemitismo. Ahí está la hemeroteca del blog para comprobarlo. Con el mismo empeño con que el agente HGW XX/7 en La Vida de los Otros veía enemigos del socialismo, servidor veía Antisemitismo en demasiados sitios. Quizás porque empecé el blog en una época en que la lucha contra el Antisemitismo no estaba tan extendida en la red, o quizás debido a las ganas, a la fuerza del principiante o a la determinación del iluminado, creía estar en una cruzada. No importa, la edad y la experiencia aportan sensatez, una bajada de temperatura en el análisis, y una escritura más sosegada. Las etapas hay que ganarlas, no quemarlas y aprendí mucho en aquellos días, como aprendo hoy.

Pero lo que actualmente me llama la atención es el grado de obsesión de otros -otros que están en el bando contrario- por encontrar a los Sabios de Sión en los ámbitos y lugares más recónditos, incluyendo el logo para las Olimpiadas de Londres de 2012.






Entiendo que muchos de ellos, como los del Comité Olimpico Iraní en este caso que tratamos, deben justificar sus sueldos y, mediante fantasmas, atemorizar a la población, para que así el régimen que les paga pueda seguir perpetuándose en el poder. Entiendo que llevar pan a casa y evitar que te encierren por ser enémigo del tirano de turno justifica casi todo. Entiendo, incluso, que el odio que les han adoctrinado desde que nacieron les haga temer el inminente dominio del mundo por parte de los judíos y todo eso...

Sin embargo, lo que no puedo asimilar es la admiración que siento -creo recordar que fue en una peli de mucha hemoglobina gratis, Blade II, en donde escuché eso de siéntete orgulloso de tu enemigo- por el ojo cubista, la imaginación, y el potencial creativo que poseen al haber descubierto la propaganda subliminal de los Sabios de Sión en el logo de las próximas Olimpiadas. Ni en mis más alocadas desbarradas habría conseguido destapar semejante conspiración y escándalo. Chapeau, sí señor.

¡Qué obsesión!

2 comentarios:

Anónimo dijo...
Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.
Guido Finzi dijo...

Lo más patético de los que se obsesionan con el Sionismo y los sionistas, es que no entienden un carajo del tema. Aprendieron a utilizar esos términos a modo de insulto, y ya no salen de ahí, ciegos como están por su sectarismo irracional.

Saludos