Cuando el presente se pierde en la espera de un semáforo. Cuando sólo queda la memoria, el pasado. Cuando el mañana no existe, ni importa. Cuando dejar de avanzar significa caerse. Cuando no hay péndulos, ni balanzas. Cuando el único analgésico es el techo y la cama. Cuando el único remedio es perderse en lo más sencillo y banal.
Cuando un día rudo y gris de invierno se alza victorioso. Cuando declaramos la derrota. Cuando pese a todo, seguimos, y seguiremos.
2 comentarios:
Vivimos malos tiempos para la lírica, y aunque las evocaciones pretéritas nos traigan un amargo regusto a nostalgia, no siempre es bueno invocarlas. Es preferible, por salud mental y física (el corazón llega a dolor de modo manifiesto) mirar siempre hacia adelante, y pensar que, lo mejor, siempre está por llegar.
Shabat Shalom
Tenga a bien bendecirte El Señor nuestro D-os , bendiciones al que alegria trae ( aunque esta sea del mal chiste de tirarse un pedo y hacerse el pelotudo para que los amigos rian )
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