1.10.06

No más guerras por interés judío

Hace aproximadamente una semana, fui al fotomatón cercano a mi casa a hacerme unas instantáneas para la matrícula de la universidad...Y me encuentro con esto:





Con lo que, al llegar a mi choza, me dispongo a bucear por el sitio web de estos majaderos y resulta que son de extrema derecha y tienen sede en Málaga entre otras ciudades. Toma ya.

Sigo indagando y resulta que esta campaña se lanzó con motivo de la Guerra veraniega en Líbano y se incluye en la web una condena y todo. Casualmente, se utilizan las mismas palabras que emplean los sectores de la izquierda para condenar a Israel. Las mismas. Miradlo vosotros mismos -creo que no hay link directo y es necesario entrar en la sección de actividades, en el espacio de Campaña contra las agresiones sionistas-. En fin, conforme pasa el tiempo se corrobora aun más que lo que une a extrema derecha y extrema izquierda -y no tan extrema- es el antisemitismo.

7 comentarios:

kalimero dijo...

Bueno, yo diría que lo que les une es una cosmovisión utópica que debe imponerse por el totalitarismo. Por otra parte, el nacional-socialismo era (es) tan nacional como socialista. Los apóstoles del odio necesitan chivos expiatorios y si por aquí el antisemitismo no tiene más predicamento es porque hay pocos judíos. Eso sí, la mala prensa la arrastra la extrema derecha porque lo que es la izquierda parece como si fueran un grupo de benditos.

QRM dijo...

A mi me gustaría ser judío al menos para que los enemigos de la libertad me considerasen siempre su enemigo más acérrimo. Que envidia que te odie semejante gentuza. Además, es revelador de la íntima relación existente entre el judaísmo y la libertad. Una vez oí que en la edad media, los judíos fueron perseguidos en occidente porque habían condenado a Jesucristo mientras que los nazis los perseguían precisamente porque Cristo nació entre ellos. Muy cierto.

Yo reivindico el estrecho vínculo que existe entre judaísmo y libertad, y entre judaismo y cristianismo, éste último por lo demás harto evidente. Por lo tanto, entre cristianismo - en cuanto hijo del judaísmo- y libertad. Y no me refiero tanto al aspecto teológico, que también, sino al políticosociológico, a la cosmovisión, como diría Kalimero, que me precede.

En fin, como dice un amigo mío todos los amantes de la libertad somos en algún modo, judíos.

Finalmente quiero destacar lo irritante que es esta propaganda no solo en cuanto al fondo, que es insultante hasta la náusea, sino en cuanto a la forma. Despúes de milenios de antisemitismo fundado en mentiras, ¿ No han aprendido a hacer su mentirosa propaganda con más gracia? Es casposa y cutre hasta el delirio. No da miedo. Da risa.Aunque quizá a mí no me de miedo porque no soy hebreo, quien sabe.

Saludos a todos.

Eli Cohen dijo...

Muchas gracias por las palabras escritas, en las que me siento muy halagado, por poner en un sitio tan alto a los judíos.

Gracias QRM y kalimero.

QRM dijo...

Eli Cohen,

Deduzco de tus palabras, y de tu nombre, que eres judío. No tienes nada que agradecer, pues mis palabras no pretendían halagar sino describir la realidad.
A mí es que me gusta la libertad, me gusta el mundo en el que vivo, aprecio el arte y la literatura universal. Soy de occidente, y sé quienes son los míos. Los judíos, en esta guerra que yo creo que hay,(y que en Israel todos perciben,- aquí no, los muy cagones-) son los mios. O yo soy de ellos, si prefieres, pues el valor y la moral combativa de Israel en nada tiene que ver con la cobardía que, !Ay¡ demostró mi pais el 14-m premiando a los terroristas con aquello que querían. Si eres español te darás cuenta de lo que hablo. Eso jamás hubiera pasado en Israel.

Para finalizar, me gustaría hacerte una pregunta que me ha estado dando vueltas en la cabeza durante años. Los musulmanes son más de mil millones de personas, y sus contribuciones a la humanidad no se conocen o son escasísimas. Los judíos nunca han pasado de veinte millones, pero la lista de eminentes hebreos es interminable: desde Einstein a Spinoza, de Freud a Marx, de Witgenstein a Proust, de Kafka a Modigliani, Chagall, Chaplin,Woody Allen , Milton Friedman,... y se me olvidan muchísimos. ¿Por qué?

En fin, amigo, si te gusta la literatura y aprecias a tu pueblo, te recomiendo un escritor expresionista checo, aunque de lengua alemana, y Judío, que no es Kafka ni se conocieron, aunque son coetaneos: Hermann Ungar. Murió de apendicitis a los trinta y pocos años, en los años trinta del siglo XX, dias antes de que naciera su segundo hijo. Como tantas veces, su familia fue asesinada durante la Shoa, y de su mujer e hijos, nada se sabe. Desaparecieron. Sus cuentos son espeluznantes y magníficos. Como su propia vida.

Saludos, amigo.

Eli Cohen dijo...

Pues bueno, QRM, para empezar te diré que Albiac siempre escribe, que todos los hombres libres, después de Austwich, son judíos.

En segundo lugar, si, hay una guerra de la cual depende la supervivencia de Occidente, e Israel juega el papel de punta de lanza en la batalla.

Respecto a la proporción de grandes personas y poca población en el pueblo judío, es una pregunta interesante. Quizás, una explicación fruto de divagaciones y por tanto, para nada absoluta, es que, al tener que estar huyendo siempre, sin poseer propiedades ni poder ejercer cargos públicos, los judíos encontraran refugio en los libros y en la erudición -artefactos básicos en la cultura judía-. Aunque claro, los hay que no fueron perseguidos ni defenestrados y tmabién llegaron alto. Será que somos el pueblo elegido :p .No hay una respuesta absoluta.

Un fuerte abrazo.

QRM dijo...

Al hilo de o que dices, Kafka también explicaba el elitismo intelectual de los judíos por la constante persecución. La historia de tu pueblo os habría enseñado, según él, que si ahy que salir corriendo inmediatamente, lo único que no te pueden quitar y puedes llevar contigo sin problema es lo que llevas en tu cabeza.

Eli Cohen dijo...

Es una buena teoría. Kafka, como siempre, sublime.

Mi abuelo, que en paz descanse, era joyero, y lo era porque su obsesión era que algún día tendría que salir corriendo -de hecho lo hizo cuando Marruecos se independizó- y fundir todas sus pertenencias en un bloque de oro. Hecho que se refleja muy bien en El diamante de Jerusalén de Noah Gordon.