Kadima, adelante

Se acercan las elecciones del 28 de marzo en Israel. Ante la inmensa manipulación, tergiversación y apisonamiento mediático que se avecina, como bien avisa mi amigo José, y como se comprueba hoy en El Mundo, habrá que estar preparados. En honor a la verdad y al rigor, aunque sea.

A seis días de los concurridos comicios, apuesto -como hice desde su reciente fundación- por Kadima. Es la formación favorita, y, como heredera de la mejor política llevada a cabo por Israel en décadas -seguridad primero, retiradas unilaterales debido a la falta de interlocutores válidos después- establecida por el convaleciente Sharon, debe seguir adelante -en hebreo kadima- con su tarea. Pero debido al permisivo sistema electoral israelí -es necesario un 2% de los votos para obtener representación en el parlamento- tendrá que formar coalición.



Como bien apunta Joan B. Culla , Ehud Olmert - y su número dos Shimón Peres- podría formar gobierno con los ortodoxos sefardíes del Shas o con los laicistas del Shinui -atentos al vídeo anticlerical del website, aunque esté en hebreo y subtitulado en ruso, las imágenes lo dicen todo. Son dos partidos pequeños y contradictorios, si. Con lo que, Kadima se decantará por el que haya obtenido más representación. También se baraja la opción de un gran gobierno de unión nacional Kadima-Laboristas-Likud, el cual a mi juicio, le cortaría las manos a los propósitos de Olmert en muchos aspectos: Bibi Netanyahu, en un eventual ejecutivo israelí con cartera importante, jamás aceptaría las desconexiones unilaterales que Olmert ha planeado para Cisjordania, y Amir Peretz, lucharía por impedir la constante liberalización económica que se está produciendo en Israel.

Veamos lo que deparan las urnas.