28.8.07

Derribando el mito del suicida pobre y desesperado...

Buena Prensa realiza un soberbio, documentadísimo e imprescindible informe derribando el mito filoizquierdista el cual intenta buscar justificación al terrorismo suicida palestino mediante la excusa de las desigualdades sociales, la pobreza, la desesperación...etc etc

En dicho informe, encontramos verdades contundentes como que:

"...Los resultados muestran rotundamente que a medida que el individuo tiene mayor nivel de instrucción formal muestra un mayor apoyo al uso de la violencia y el terrorismo como forma de lograr objetivos politicos..."

"... Los terroristas suicidas tienen ingresos más altos y mayor nivel educativo que el resto de la población palestina. La realidad contradice la hipotesis generalizada (esgrimida por Saramago y por muchos otros) de que los terroristas suicidas -el más inexplicable acto terrorista- son aquellos más oprimidos y marginados..."

Aunque el terrorismo carece de justificación alguna, si la inmolación es cuestión de pobreza, desigualdad o injusticia, aun estoy esperando que algún somalí o etíope se inmole en algún autobús europeo.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Esperemos en el futuro poder ver una muerte muy dolorosa de todos los judios. Ya pronto los echaremos de europa como se merecen.

Anónimo dijo...

Parece que otro factor en el terrorismo de oriente medio es la población excedente de hombres y sus dificultades para casarse e independizarse. Ahora bien, esto tampoco puede explicar por qué hay terrorismo en Palestina y no lo hay, por ejemplo, en China, donde la desproporción entre hombres y mujeres es aún mayor.

QRM dijo...

La preponderancia del marxismo en el pensamiento occidental está tan viva como siempre, quien lo iba a decir. Que haya memos que se trague lo de la infraestructura determinante me asombra, cuando la realidad, desde Bin Laden hasta los etarras, es que más bien son niños bien, generalmente mimados y maleducados -y no es broma- los que sienten legítimo ese odio visceral y absoluto que les lleva a matar, incluso a morir matando, porque su odio es incluso superior a sí mismos, a su instinto y amor propio. Al fin y al cabo, marxismo y fanatismo tienen en común que sustituyen a la religión pero en sentido negativo: es decir, permiten a los hombres alcanzar la salvación, ser santos y héroes, pero para colmo odiando. Justifican el más bajo y odioso de los humanos sentimientos, dan una escapatoria aparentemente digna al odio y al rencor vacíos, y los venden como dignos.