Para empezar, he de decir, que esta novela, La sombra del viento, me ha influído unos grados de implicación que hacía tiempo que no tenía con ningún libro. Años, recuerdo. Y, ahora quizás me arrepiento de no haberla leído antes debido a mi empeño de no hacerlo con la fiebre comercial que la precedía.
Ruiz Zafón domina el lenguaje y las metáforas de forma magistral, crea personajes únicos y describe como muy pocos en la actual literatura española -al menos la que yo me he leído, que para esto, me inclino mucho más por lo extranjero-. Pero, sin lugar a dudas, lo que mejor ha hecho el autor es crear una historia mágica, única, trágica, romántica, adictiva, pasional, melódica, clarooscura...y sobre todo inolvidabe. Inolvidable. Los nudos estomacales, los pelos de punta, la sensación de estar dentro de la lectura, de intriga asfixiante, el deslumbramiento de luz divina que suponían, tanto Penélope como Bea, el dolor de las tragedias y maldiciones de la historia... Rebasa las expectativas, y de lejos, de lo que se le pide a una novela comercial. Se convierte así, en novela universal.
A pocos libros les he cogido tanto cariño. Se enternece uno al leer sus páginas. Y, conforme avanza la lectura, deseaba, con toda mi alma, que no acabara, que las páginas duraran eternamente...Aunque claro, es la sensación liviana que provoca el placer de una buena novela, porque ya es tautológicamente conocido que todo es más bonito si tiene un final.
Espero volver a releerla y que las sensaciones que surcaron mis venas vuelvan a hacerlo como si fuera la primera vez. y, caer enamorado, de nuevo, de Penélope y de Bea, de tener un amigo como Fermín y de vivr una aventura, que le devuelve a uno su adolescencia, en la que se descubren misterios, enigmas, amor y de las más profundas de las tragedias.
Las palabras se quedan cortas. Hay que leerla.
Gracias, Ruiz Zafón.
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