Assad: Olmert's gov't weakest in history
Yo, que apoyé al gobierno de Olmert y al proyecto Kadima desde el principio, reconocí, tras la Guerra contra Hizbulá, que debían haber, sino cambios estructurales, unas cuantas dimisiones importantes en el Ejecutivo israelí. No se habían logrado los objetivos de la guerra. Los soldados siguen secuestrados y Hizbulá conserva militantes y capacidad logística. En palabras de Netanyahu, la Guerra se ganó por puntos y no por K.O. utilizando un simil pugilístico.
Si le sumamos que en enero de 2006 Hamas se hizo con el gobierno palestino, y el constante martirio sufrido por los habitantes de Sderot que, casi a diario, son bombardeados con los misiles Kassam, el plan de desconexión quedó obsoleto...
Todo esto, no quiere decir que el déspota Bachar al Assad tenga razón. Desgraciadamente en parte la tiene: Todos los gobiernos de Israel han sido débiles. Todos han dado concesiones a cambio de paz. No solo Olmert. Rabin, Netanyahu, Barak y Sharon, también. El problema no es Israel. El problema es el oceano de regímenes neofuedales y fanáticos vecinos que ansían su destrucción. El problema es Siria, Hizbulá, Irán, Hamas y toda esa manada de iluminados asesinos que no se detendrá ante nada para acabar con la nación más heroica del mundo contemporaneo.
Yo, que apoyé al gobierno de Olmert y al proyecto Kadima desde el principio, reconocí, tras la Guerra contra Hizbulá, que debían haber, sino cambios estructurales, unas cuantas dimisiones importantes en el Ejecutivo israelí. No se habían logrado los objetivos de la guerra. Los soldados siguen secuestrados y Hizbulá conserva militantes y capacidad logística. En palabras de Netanyahu, la Guerra se ganó por puntos y no por K.O. utilizando un simil pugilístico.
Si le sumamos que en enero de 2006 Hamas se hizo con el gobierno palestino, y el constante martirio sufrido por los habitantes de Sderot que, casi a diario, son bombardeados con los misiles Kassam, el plan de desconexión quedó obsoleto...
Todo esto, no quiere decir que el déspota Bachar al Assad tenga razón. Desgraciadamente en parte la tiene: Todos los gobiernos de Israel han sido débiles. Todos han dado concesiones a cambio de paz. No solo Olmert. Rabin, Netanyahu, Barak y Sharon, también. El problema no es Israel. El problema es el oceano de regímenes neofuedales y fanáticos vecinos que ansían su destrucción. El problema es Siria, Hizbulá, Irán, Hamas y toda esa manada de iluminados asesinos que no se detendrá ante nada para acabar con la nación más heroica del mundo contemporaneo.
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