El día de ayer ha sido espantoso, horrible. Apisonador. Con un automatismo inquietante, se han cordinado acusaciones falsas, manipulaciones, tergiversaciones, manifestaciones, editoriales,
viñetas antisemitas, condenas...una perfecta máquina mediática, social y política con un sólo propósito: Luchar contra - e intentar derribar a- Israel. La mayoría de las actuaciones, incurriendo, sin disimulo, en los clichés antisemitas de siempre.
Es dificil calcular el daño causado. Es dificil contrarrestarlo. Pero los que seguiremos en pie luchando en todos los frentes que la vida nos permita, jamás callaremos contra la injusticia y el odio. Cuando callemos, habrán ganado. Cuando Israel ceda al chantaje sometido, ya sea político o moral, habrán vencido. Esta es la realidad. Ni si quiera se ha dejado un tiempo para la explicación. Todo ha sido: baño de sangre, matanza, asesinatos...a lo que nos tienen acostumbrados los israelíes come-niños, vamos.
De poco serviría decir que si esto pasa en otra zona del planeta, apenas tendría unos segundos de cobertura en los telediarios. De poco serviría decir que,
Es el antisemitismo, estúpidos. De poco serviría echar en cara a todos los que salieron a la calle ayer que, si hubieran muerto israelíes habrían abierto una botella de champán. De poco serviría. De poco serviría decir, que fueron advertidos, avisados e invitados a atracar en Ashdod. De poco serviría apuntar que los primeros soldados que abordaron el brco iban desarmados, y fueron recibidos a palazos y navajazos. De poco serviría decir que todo esto ha obedecido a una estrategia política de Hamas. El antisemitismo, como bien analiza
Jean Paul Sartre en
Reflexiones sobre la cuestión judía, es impermeable, no atiende a razones.
De poco sirve razonar con los que quieren la destrucción de Israel. Pero eso no nos exime a los que nos toca la fibra todo esta pérdida de papeles generalizada en pos del acoso y derribo al Estado Judío, plantar cara con la mejor herramienta que tenemos: los hechos. Los auténticos, claro. Los que están libre del ojo atento de miles de personas en todo el globo que ante la imposibilidad de acabar con Israel militarmente, han recurrido, con sabiduría, a una guerra de cuarta generación más sutil. Aunque no es nueva, ya lo dijo
Sun-Tzu en
El Arte de la Guerra: la ficción es una herramienta fundamental para toda contienda.
Así, me limitaré a dar información y no en diseccionar la pérfida lógica que ha movido a todo el planeta a movilizarse contra Israel, ni a destripar a la goeebeliana mayoría de la prensa española. Ofrezco un paquete de información y enlaces que desvirtuan los mitos creados sobre el caso de la Flotilla de la Libertad -la libertad que Hamas impone en Gaza, supongo- y ayudan a obtener una concepción más amplia y detallada de lo sucedido.
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Videos sobre el asalto en donde vemos : la tripulación de la flotilla de la libertad alznado cánticos a favor del martirio y la yihad, que la marina israelí avisa a la flotilla de que la zona está bloqueada, les invita a entrar en Ashdod, la flotilla rehusa, los primeros soldados llegaron sin armas, fueron recibidos con palazos y navajazos, incluso tiraron a uno por la borda:
aquí,
aquí,
aquí,
aquí,
aquí y
aquí. Las imágenes se prestan a ser escrutadas todas las ocasiones necesarias, pese a ello, el que quiera seguir siendo impermeable lo será.
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Un informe detallado con un gran seguimiento sobre lo ocurrido el día de ayer. Desmonta varias mentiras: a) no eran aguas internacional porque estaban a 90 millas, dentro de las 200 millas de la Zona Económica Exclusiva. Convención de Derecho del Mar, 1982. b) artículos 94, 95, 96 y 97 del Manual de San Remo sobre los conflictos en el Mar autoriza el abordaje y la detención de la flota c) la ayuda humanitaria a Gaza no está bloqueada, simplemente, debe pasar un control por parte de las autoridades, como en todas las naciones del mundo. También vemos videos de los tripulantes de la Flotilla entonando canciones que ensalzan la muerte de judíos publicado por Al Jazeera.
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Informe de ACOM sobre lo ocurrido.
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Editorial implacable de César Vidal.
Artículo de Ángel Martin Oro.
Artículo de Florentino Portero.
Editorial de La Razón. Y mañana espero ansioso el artículo de Gabriel Albiac.
Artículo de Jana Baris en
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