Cuatro meses...casi

Hace meses -casi cuatro- que no escribo. Ni aquí, en mi blog, ni en algún otro sitio o soporte.

Cuatro meses. Un susurro en el tiempo, pero lo suficiente para hacer girar el timón de la vida en cualquier dirección. Hasta en la más insospechada...

Fuera de mi burbuja, de mi pequeña órbita, han ocurrido varios sucesos importantes, que aunque con mucha menos atención que antes, no han escapado a mi atención. Un verano fulgurante y la entrada de un otoño gris y plúmbeo no han impedido que mi lupa -y en última instancia mi corazón que la dirige- se hayan percatado de lo que acaecía: Una guerra estival entre Rusia y Georgia (malos contra malos), una espantosa tragedia aerea en Barajas (aun no se han tomado medidas para evitar lo que pasó) o la muerte de Paul Newman, (ser un clásico en vida es un privilegio que pocos alcazan, él es uno de los que quedaba) sin olvidar la omnipresente crisis, ( ahora los gobiernos rescatan a los bancos para evitar que todo se desmorone como un castillo de naipes, lo que hace pensar que los bancos tienen más poder que los gobiernos) el mundo ha seguido su curso habitual.

Un curso de tragedias. Y de pocas alegrías. Entre estas, que escasean, está el inminente nombramiento de Tzipora (Tzipi) Livni como primera ministra del Estado de Israel. La segunda mujer que llega al cargo en 60 de historia. En Gran Bretaña tuvieron que esperar un poco más de tiempo, en EE UU están intentándolo y en España...puede que lo vean nuestros nietos.

Pese a todo, espero salir de este habitáculo de metacrilato -metáfora, claro- que me ha aislado del mundo estos cuatro meses y poder seguir peleando por todo aquello en lo que creo y expresando todo aquello que me inquieta. No solo ha sido un coma inspirativo. Ha sido, y aun sigue siendo, también, un retiro mental. Debe terminar y debo seguir en mis pequeñas, pero fundamentales para mi vida, trincheras.

Para aquellos que me leen, les pido, de nuevo, perdón por mi ausencia sin aviso. Y les dejo esta canción para que se les levanten los ánimos cuando el cielo asome tenebroso y el optimismo esté llegando con retraso...